Presentación | Arcanos del proyecto moderno. Lala Méndez Mosquera y Summa

Lunes 5 de diciembre 2022. 18.00 Hs
Amigos del Bellas Artes | Figueroa Alcorta 2280. CABA

Arcanos del proyecto moderno. Lala Méndez Mosquera y Summa
Agradecimientos: en Amigos de Bellas Artes a Andrés Gribnicow | Director Ejecutivo, Mariano
Gilmore, Luz Rodriguez Penas.
A Luis O´Grady por la organización.
A Lala Méndez Mosquera, Cayetana Mercé, Sandra Méndez Mosquera.
Al equipo: En investigación y archivos y bibliotecas: Diseñadora Gimena Martínez. Revisión de
estilo: Sandrine Bravantes. Diagramación: diseñadora Sandra García.
Difusión en redes: Lucía Verna Sosa y Emiliano Mendoza Peña.
A todas las organizaciones, instituciones y empresas que apoyan este encuentro. A Hay Futura.
A Inés Moisset y Emilio Rivoira y a todos los presentes.

 

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Cuanto pesa el bagaje inmaterial de un inmigrante? Ese que no se guarda en las valijas ni en los baúles, ese que no se despacha, que tampoco conforma el equipaje de mano.

Ese equipaje que hace llorar de nostalgia, que estructura el pensamiento en la lengua nativa, que trae músicas, dioses y paisajes, sabores y sonrisas, formas de querer y de soñar. Y de repente en el puerto del nuevo destino, ese bagaje debe acoplarse, asimilarse, abonar la nueva cultura, si no se viene a sufrir y a llorar aquello que quedó en el pasado.

Lala Méndez Mosquera nació en Buenos Aires con identidad familiar lituano-rusa (sus padres eran lituanos y su padre fue educado en Rusia) ella se “aporteñó” y sin nostalgia, equilibró entre su cultura ancestral y su nuevo destino.

Hizo una escuela primaria inglesa, con el lituano como primera lengua, el ruso como segunda, hablando alemán con su hermano que iba a un colegio germano. Con los años se formó como arquitecta en la Universidad de Buenos Aires y su protagonismo desde la década del ’60 la ponen como testigo de la modernidad de la arquitectura y el diseño en Argentina, sin postergar su rol de hija, esposa y madre de tres niñas.

La investigación sobre la vida profesional Lala Méndez Mosquera y el libro, Arcanos del proyecto moderno, como resultado de la misma, se enmarcan en el proyecto integrador: “Mujeres en el diseño argentino”. El mantra de Gerda Lerner, que tenemos quienes hacemos historia de mujeres dice que ”la Historia de las mujeres es indispensable y básica para lograr la emancipación de la mujer” en un giro conceptual, puede sostener asimismo, que el ‘derecho a la Historia de las diseñadoras y arquitectas argentinas es indispensable no sólo para nuestra emancipación, sino también para la emancipación del proyecto.

La singularidad de la arquitecta Lala Méndez Mosquera trasciende por su doble rol de arquitecta-diseñadora y arquitecta-editora y conforma el archipiélago de diseñadoras y arquitectas contemporáneas como Odilia Suárez, Carmen Córdova, Alicia Cazzaniga, Celina Castro, Flora Manteola, Josefina Santos, Teresa Egozcue, Marina Waisman que aún siendo muy jóvenes, lograron abrirse camino y desarrollaron trayectorias admirables en un momento de la profesión masculinizada y patriarcal.

Lala MM fue diseñadora de Cícero Publicidad hasta 1968 y a partir de ese año directora de la revista summa, medio que representó el canon racionalista de la arquitectura y el diseño, hasta que en 1988, en el número 248, se dio permiso para cambiar sustancialmente la línea editorial.

Aquí voy a compartir con ustedes, la perplejidad que me produjo el desvelamiento del arcano, estaba a la vista pero era tan discreto como la propia Lala. Escuchar la sutil y persistente sugerencia de revisar el número 248, recurrentemente, fue entender que allí estaba su forma de rebeldía, su tenacidad.

En summa 248, Lala Méndez Mosquera propone una disruptiva y rizomática línea editorial, que también registra la vigorosa contracorriente que el posmodernismo imponía y debía mantener cierto equilibrio con un racionalismo que iba perdiendo centralidad. Si bien LMM podría haber realizado una transición suave hacia la corriente posmoderna que comenzaba a dominar todos los espacios de la intelectualidad, optó por valerse de una fractura para dar lugar a su auténtico punto de vista.

Habilitó su otra mirada, un sinceramiento intelectual que rescató aquel bajage de sus culturas ancestrales, de la geometría sagrada y de las prácticas, aprendizajes y experiencias de ampliación de la conciencia.

Cayetana Mercé a propósito del número 248 expresó “Hay que pensar que summa era algo así como el house organ de la arquitectura argentina, en este número se desacopló y empezaron a verla distinta. Los lectores eran arquitectos. Eso que es comprensible hoy, en los ‘80 no era compresible. summa 248 fue la reivindicación de una mirada anticipatoria”.

La urdimbre de la nueva summa hace foco en el entorno natural y arquitectura, ‘holos’, cosmos y Gea, el espacio y el infinito, espiritualidad, arte, herencia y contemporaneidad, la condición femenina en el proyecto. LMM en el editorial de este número, un verdadero manifiesto, destaca los conceptos ‘evolución’ –humana– y ‘apertura’.

Lo expresó así en el editorial:
“[…] Pensamos que las múltiples exigencias de nuestro tiempo, el constante stress a que estamos sometidos, reclaman ser equilibrados diariamente en cada situación a nuestro alcance, por pequeña que ella sea. La polución –ambiental, acústica, visual– es el enemigo de mil máscaras y su verdadero rostro está en nuestra propia cultura, antiecológica y, por ende, autodestructiva: es que, claramente, desde que el hombre se propuso dominar la naturaleza y explotarla a su antojo, perdió la conciencia de su pertenencia a ella, como parte de un Todo.

Un aspecto que subyace a la evolución que nos proponemos es inducir firmemente a una mayor alerta sobre esa circunstancia. No hay tiempo que perder, el tema de fondo es perentorio: sabemos la necesidad de preservar nuestro planeta –considéresela como la pródiga Gea o como la nave espacial que tripulamos–, si es que hemos de evitar un desastre definitivo. Pero los caminos a seguir están plagados de obstáculos, y su superación sobrevendrá únicamente con un cambio filosófico profundo.

A su configuración queremos contribuir. ¿Qué pautas, entonces, habremos de seguir? Son escasas y no muy definidas aun, apenas luces que señalan rumbos: se hará camino al andar. Un concepto surge visiblemente, sin embargo, a partir de las nuevas corrientes del pensamiento contemporáneo: apertura.

Intentamos, pues, manteniendo altas nuestras metas en el campo de la información profesional, aventurarnos más asiduamente en la interdisciplina, buscando así salir de la especialización esterilizante; ir borrando las limitaciones del academicismo y del cientificismo excluyentes para dar paso a nuestra tarea con intereses y puntos de vista cada vez más amplios, múltiples y abarcativos, más ricos e interrelacionados, y proponiéndonos hacer patente dicha interrelación. […]”

Su “punto de inflexión” se desplaza en avanzada y en paralelo con el pensamiento de intelectuales internacionales y tantos otros y fundamentalmente con la vanguardia intelectual latinoamericana –y no sólo en las ciencias sociales– que, desde los últimos años del siglo pasado, han comenzado a manifestarse. Sinérgicamente, la producción de colectivos de los más diversos intereses y tantos otros, confluyen en una voz común declarando el agotamiento del modelo dualista de la modernidad, tecnopatriarcal, individualista, antropocéntrica y extractivista que devino en el actual ‘terricidio’. El agotamiento de recursos y la cuestión climática, finalmente, van
tomando posición en la agenda política mundial, por la presión que ejercen los movimientos
diseminados en todo el planeta.

Cayetana Mercé dirá sobre el sinceramiento intelectual de Lala que es “el fin de una mirada egocéntrica y académica”, porque propuso un discurso contrahegemónico que rompió con la ontología dominante, un discurso radical, pero que no se presentaba con la lógica de la
confrontación. Esta línea de pensamiento proyectual que abrió tempranamente LMM, no era una alternativa al binarismo modernidad-posmodernidad que comenzaba a tomar forma y se aceleraría en los noventa. Fue incomprendida.

La revista se discontinúo en el número 300 en 1992, severas crisis económicas y la inclaudicable búsqueda de la excelencia por parte de Lala, en colaboradores y calidad editorial, la hicieron inviable.

Agradecer a Lala los 300 números de summa y todas las acciones editoriales que emprendió. Su pensamiento hoy es una sutil fuerza que arrasa.